lunes, 29 de abril de 2013

QUÉ ENSEÑAR Y CÓMO APRENDER



    Este blog: Ayuda al Estudiante    tiene un párrafo introductorio en el que me ha llamado la atención una frase que es: El ecosistema educativo tiene un triángulo esencial: estudiantes, padres y profesores. Es muy importante este triángulo para que funcione el proceso de enseñanza-aprendizaje, puesto que se tiende cuando fracasa algún alumno, hijo, a echar las culpas siempre al profesor o a los padres por su educación y no tiene por qué. En mi caso yo lo he vivido de cerca y por más que profesores y padres han estado encima del alumno, motivándolo, ayudándolo a seguir con los estudios para que como mínimo tuviera la Educación Secundaria Obligatoria, el alumno no quiso y lo dejó, y ya por su propia voluntad tras pasar 6 años, ha decidido volver a estudiar y ha obtenido con buenos resultados su Educación Secundaria Obligatoria. En este caso la unión de familia-profesores hizo todo lo que estaba en sus manos, pero si el alumno tomó esa decisión ya no podían hacer mucho más de lo que habían hecho, solamente aceptar la decisión tomada por el alumno aunque no la compartieran. Hay otros casos en los que no existe tal unión, por ejemplo en un aula de primaria iba un niño con Síndrome de Down con 23 niños más, a éste se le proporcionaba apoyo diario pero también compartía momentos en el aula con los demás alumnos. En este caso fallaba, la familia que no quería ver que su hijo progresaría mas y estaría mejor atendido en un centro especial que en el colegio y en un aula con 23 alumnos, por más que profesores hablaban con la familia, no fue la propia madre que ya cuando el niño tuvo que entrar al instituto se dio cuenta y hasta ahora está en el centro y su progreso y resultado ha sido increíble, de no hablar, a articular palabras cortas y frases sencillas y su comportamiento también ha mejorado. Con esto quiero decir que debe haber buena comunicación en este triángulo para que el resultado obtenido, sea el mejor y beneficioso para el alumno en estos casos.
    Pasando a analizar uno de los puntos tratados en el artículo leído, me doy cuenta de que mucho de lo que se dice en él es cierto y por eso me ha llamado la atención, como que la educación se ha quedado metodológicamente anticuada, que el tiempo no ha cambiado mucho las cosas en ese aspecto. Que las tecnologías aplicables al aprendizaje han entrado en clase de una forma tan superficial e inconsistente que aún no han aportado casi nada a la manera de aprender.  Hoy en día muchos profesores tienen en sus aulas ya instaladas las pizarras digitales y hoy día siguen sin hacer uso de ella, porque no saben o porque siguen pensando que su método de enseñanza es el correcto y que aunque la sociedad evolucione, ellos/as siguen estancados en su método. Porque lo importante no son los aparatos, es la formación; lo importante no es la tecnología, sino hasta qué punto se incorpora con eficiencia a la manera de aprender del destinatario. Eso es lo importante: centrarse en mejorar la manera de aprender.
Lo correcto sería que los profesores estuvieran en continua formación y si la sociedad evoluciona que ellos evolucionen con ella, que si tienen el privilegio de poder incorporar las nuevas tecnologías en sus aulas, como las pizarras digitales, que hagan uso de ella y si no saben que pidan formación.
Sin esfuerzo no es posible el cambio, y sin cambio no es posible la mejora.

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