viernes, 3 de mayo de 2013

ENSEÑANZA O APRENDIZAJE


        ¿Es lo mismo enseñanza y aprendizaje? ¿Qué pensáis?
    Parece lo mismo, pero no lo es. En pocas palabras, hablamos de conocimiento aportado o conocimiento asimilado.  Son dos conceptos íntimamente relacionados, pero no intercambiables. En una lluvia desordenada de ideas, y con los matices que se desee, un enfoque centrado en la enseñanza suele dar más importancia al temario establecido que a atender a las peculiaridades, necesidades o curiosidades de los estudiantes; a lo que el profesor conoce, más que a lo que el estudiante necesita; al procedimiento establecido, más que a las dinámicas vivas del aula; a la teoría, más que a la práctica; a la exposición magistral, más que al trabajo colaborativo de los estudiantes; al dictado del profesor, más que a la presentación de trabajos; a la información literal, más que a estimular la singularidad creativa; al examen como único instrumento de evaluación, más que a la evaluación continua (real, no ficticia); al estudio individual, más que a los trabajos especiales como forma monitorizada de descubrimiento y aprendizaje; a la ciencia en el aula, más que a la ciencia en el laboratorio; al libro de texto, más que a los recursos tecnológicos coherentes y eficaces; al libro único, más que al entrenamiento en el manejo de documentación complementaria; al alumno promedio alto, más que al refuerzo (si fuera posible) de alumnos con ligeros déficits; a las calificaciones, más que a las notas con propuestas directamente orientadas a la mejora, y, lo más relevante: al aprendizaje memorístico, más que al aprendizaje significativo.

    Como bien habéis podido leer todo lo anterior, estoy muy de acuerdo en la definición y diferenciación que hace de los dos conceptos, puesto que es así como yo lo veo. La educación debería ser más aprendizaje, que el propio alumno sea el que aprenda a través de la colaboración en trabajos con sus compañeros, que no solo sea el libro el único instrumento a investigar sino que haya una información complementaria que complete el temario, que no sea solo el examen el único instrumento de evaluación sino que le den la oportunidad de realizar trabajos de investigación y exponerlos a sus compañeros y al maestro. Y lo más importante es que se lleve a cabo el aprendizaje significativo y no solo el memorístico, es decir, inclinar la balanza hacia el aprendizaje, sin dejar de lado la enseñanza obviamente.
La educación es un proceso comunicativo que existe si hay un emisor y un receptor, siendo la unidad de aprendizaje la persona.
    Según el autor Carlos Arroyo del artículo Qué enseñar y Cómo aprender  resume el cambio metodológico que necesita la educación española en tres ideas:
1.     Aprendizaje significativo (basado en la comprensión y en la generación de redes conceptuales listas para la ampliación).
2.     Inteligente integración de recursos tecnológicos validados directa y personalmente por cada profesor en concreto.
3.     Y, al estilo anglosajón, muchos más trabajos complejos (individuales y colectivos) y creativos que exámenes (especialmente, los meramente reproductivos). No propugno la desaparición de los exámenes, que son casi imprescindibles: solo su equilibrio con los trabajos.
    Creo que llevar a cabo estas tres ideas sería el paso para conseguir el cambio de la metodología española, para que los estudiantes vayan en la dirección correcta de un autoaprendizaje sólido, versátil y automotivado.
    Lo importante no es tener una idea, sino como llega a los destinatarios. "Saber expresar una idea es tan importante como la idea misma" Aristóteles. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario